No te desanimes, ni te alejes de Dios cuando el proceso es demasiado duro porque después de la tormenta viene la victoria. Recuerda quien esta contigo en todo tiempo, el no te ha dejado ni te va a dejar. Si lo tienes a Él lo tienes todo. Te animo a que puedas confiar en Él en cada proceso y parte de tu vida. Deléitate, mira el lado bueno de las cosas. Todo tiene un propósito y siempre sucede algo bueno después de los procesos. Las tormentas no son eternas, solo son momentáneas. Confía y deja que tome el control de tu vida y de toda situación.
Son tantas las cosas por la que Dios muchas veces Dios nos hace atravesar pero ahora entendemos que su mano nunca se apartará de nosotros y podemos ver con claridad lo bueno que son los procesos al final de todo. No te detengas, cree, levántate, lucha y deléitate en Él durante el proceso.
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