Hay dos vidas que puedes vivir: la vida que tú quieres o la vida que Dios tiene planeada para ti.
Tú eliges, solo recuerda que los planes de Dios para ti son mucho más grandes y mejores que cualquier plan, sueño o meta que tú tengas. Mira el universo; si Él creó algo tan espectacular, imagínate lo que puede hacer en tu vida.
No tomes decisiones basadas en lo que estás sintiendo, lo que te gusta o creas que te conviene; siempre toma tus decisiones en base a su palabra. Cuando decidimos pensando en lo que es correcto, entramos en el propósito que Dios tiene para nosotros.
Todos los días tomamos diferentes decisiones, como levantarnos a hacer ejercicio o dormir, comer saludable o no, tener una buena actitud a pesar de las circunstancias o decidir creer que las circunstancias son más grandes que Dios. Por más grandes o pequeñas que sean las decisiones que tomes el día de hoy, decide hacer lo correcto y vivir la vida que Dios tiene planeada para ti.
Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada,
por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano.
1 Samuel 27:1 RV60
David vivió la vida que Dios tenía planeada para él, pero en el momento que consultó a su corazón, se salió del plan de Dios por 16 meses. Cuando consultamos a nuestro corazón siempre nos lleva en la dirección contraria a los planes de Dios para nosotros.
Así que hoy decide vivir la vida que Dios tiene planeada para ti y cree que cada decisión correcta que tomes te acercará cada día más a su plan.
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