¡Hola!
Esta semana vi una frase que me encantó y decía: “Si tienes una vida normal, preocúpate.“
Tengo casi toda mi vida de conocer a Dios, esforzándome a vivir una vida conforme a lo que Él dice. Pero verdaderamente…. No es fácil. Es sencillo pero no fácil. Jesus cuando vino a esta tierra no tuvo una vida normal, Él sabía su propósito y el llamado que tenía. Sabía quién era y que debía de hacer por los demás.
Tú tienes un llamado, tienes un propósito que Dios depositó en ti desde antes de la fundación del mundo. Pero… ¿Cómo sé cual es? Muchas veces pensamos y decimos “ojalá Dios me dijera desde el principio mi propósito así no pierdo el tiempo y me enfoco en eso“. Pero ese es el objetivo; descubrirlo y formarlo en nuestro día a día. Una guía es su palabra. Si la sigues, podrás ser y cumplir ese propósito que diseñó para ti.
Eres hijo de Dios,
Te creó, te amó y confía en ti.
Fuiste llamado para más,
fuiste llamado para ser diferente,
fuiste llamado para dar.
Fuiste llamado para servir a otros, para dar a los demás así como Él lo hizo cuando vino a esta tierra. Cuando te encargas de sus cosas, Él se encarga de las tuyas, te respalda. Y por eso inicié con esa frase que me encanta. Si eres hijo de un REY, no puedes tener una vida normal. Los reyes acá en la tierra no son ni tienen una vida normal.
Lo mismo es con nosotros. Y la palabra dice que todos son llamados pero pocos los escogidos. ¿Por qué? No todos están dispuestos a dar, servir, hacer su voluntad, seguir su palabra y despojarse de esa vida normal.
Dios no quiere te sientas normal porque no lo eres. CREE que eres hijo De Dios y estás destinado a cumplir un propósito en Él como su hijo.
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